A pesar de que son animales mayormente acuáticos, llevan a cabo en tierra firme etapas importantes dentro de su ciclo de vida como lo es la reproducción y el cuidado de las crías.
Las focas retornan del mar para formar parte del numeroso grupo congregado que se alista en la arena para copular. La escena de apareamiento puede que nos parezca más como un momento de angustia para la hembra, pues el macho, quien es varios kilos más pesado, se monta sobre ella para realizar el proceso y además muerde el cuello de su compañera para someterla. Algunos suelen ser más “amables” y se recuestan de lado sin efectuar ningún tipo de escena violenta.
Los machos elefantes marinos forman harenes donde tienen a su disponibilidad a un gran número de hembras.
Algunas especies como la foca del Caspio (Pusa caspica) son monógamas y otras como la foca anillada (Pusa hispida) se rigen bajo la poligamia. Los elefantes marinos suelen formar harenes donde los machos tienen a su disponibilidad a un gran número de hembras; esto se determina mediante salvajes batallas, algunas veces un tanto sangrientas.
La madurez sexual llega desde los dos hasta los siete años de edad en promedio y varía de acuerdo a la especie y al género sexual.
La implantación es diferida, es decir, las hembras son capaces de almacenar un óvulo fecundado sin desarrollarlo hasta que llegue el tiempo adecuado. Tienen de una a dos crías como máximo y sus pesos son muy distantes. Algunos recién nacidos de focas pequeñas o medianas pesan 4.5 kg y las de los fócidos más grandes como elefantes marinos llegan a pesar hasta 35 kg.
Cuando las crías alcanzan un tamaño más grande, significa que están listas para comenzar su vida independiente, pues ya cuentan con la suficiente grasa para ingresar al mar y obtener su propio alimento. Es ahí cuando las madres retornan a su hábitat marino y no se preocupan más por su alimentación.
El pelaje de las focas recién nacidas puede ser blanco uniforme, marrón, gris o completamente negro con una textura muy suave, pero puede cambiar después de su primera muda, adquiriendo la nueva capa protectora más resistente que mantendrán hasta la edad adulta.
La expectativa de vida de las focas es de 15 a 40 años dependiendo de la especie.
La expectativa de vida de las focas se mantiene dentro de un amplio rango que abarca de los 15 a los 40 años de edad, todo dependiendo de su nivel de vida y de las amenazas que las rodean. En cautiverio esto depende de la atención que reciban y las condiciones de sus instalaciones.
Hablando de cautiverio, la reproducción en zoológicos o acuarios resulta exitosa a pesar de todas las limitantes que estos lugares conllevan y de toda la polémica que puedan generar. Focas que fueron rescatadas, curadas de enfermedades y lesiones, o que han llevado una rehabilitación exitosa, han mostrado respuestas reproductivas favorables que benefician a sus amenazadas poblaciones.
Algunos depredadores de pequeñas focas son las focas adultas (por aplastamiento), orcas, tiburones y focas leopardo.