Las focas son parte del orden de los carnívoros, lo que se entiende que su dieta es a base de los nutrientes que les aporta la carne.
El tipo de presas varía de acuerdo a sus hábitos alimenticios y a su ubicación geográfica, pues el tipo de fauna fócida que encontramos en el hemisferio sur de la Tierra, no siempre está disponible del lado septentrional.
Por ejemplo, las focas leopardo que viven exclusivamente en los alrededores de la Antártida son muy conocidas por ser los depredadores más temibles de algunos tipos de pingüino, en especial los pertenecientes a las especies Adelaida y Emperador. Complementan su dieta con krill antártico, calamares y focas cangrejeras; sí, también se alimentan de compañeras de su misma familia taxonómica.
Las vibrisas o bigotes actúan como receptores táctiles para que las focas logren encontrar su alimento.
Por su parte, la foca común prefiere los crustáceos, moluscos, calamares y una gran variedad de peces entre los que se destaca el salmón, merluza y arenque. Un ejemplar adulto consume del 5 % al 6 % de su peso corporal diariamente, es decir, de 4.5 a 8 kg.
Las focas comen a sus presas enteras, o bien, pueden desgarrarla en trozos para facilitar su introducción, pero nunca la mastican. Sus molares posteriores son lo suficientemente fuertes como para triturar elementos duros de sus presas, como las conchas.
Cuando no hay suficiente cantidad de luz en el fondo marino, las vibrisas actúan como receptores táctiles para que las focas logren encontrar su alimento. Estas están ubicadas en el rostro, a la altura de la boca y coloquialmente son llamadas bigotes.
Una cuestión que mantiene en duda a muchas personas es si las focas toman agua. No necesariamente la beben, sino que la obtienen del propio alimento que consumen. Cuando la ingesta de alimentos reduce, el propio metabolismo de la grasa produce agua y con esto logran hidratarse. Las crías obtienen este líquido de la misma leche de la madre.
Si las focas beben agua salada accidentalmente, los fuertes riñones se encargan de absorber el exceso de sal y eliminarlo del organismo. De no ser así, tendrían serios problemas de salud. La orina de los pinnípedos contiene sal concentrada, casi igual o incluso con mayor cantidad que el agua de mar.
Aunque por lo general se mantienen dentro de los primeros metros de profundidad cuando salen de caza, muchos de ellos tienen la capacidad de adentrarse mucho más, como por ejemplo la foca de Weddell (Leptonychotes weddellii) o la foca capuchina (Cystophora cristata), entre otras, quienes pueden realizar inmersiones de poco más de 600 metros. Ellas se alimentan de krill, bacalao antártico, cefalópodos, crustáceos y diablillo antártico.
Los elefantes marinos tienen capacidad para descender a mayor distancia de la superficie marina. Tanto los habitantes del sur como los del norte, llegan a 1500 m de profundidad durante el día permaneciendo de 15 minutos a un par de horas. Esto varía mucho de acuerdo a su región geográfica y al género sexual. Por lo regular son los machos los que presentan mayor resistencia.
Los elefantes marinos del norte tienen una dieta muy variada que incluye cangrejos, calamares, pulpos, peces planos e incluso ¡tiburones! pero tampoco nos referimos a escualos enormes como el gran tiburón blanco o el tigre, sino a especies pequeñas o crías.
La foca cangrejera no se alimenta de cangrejos; su alimento predilecto es el krill.
Un dato muy interesante que puede confundirnos a muchos de nosotros proviene de la foca cangrejera (Lobodon carcinophaga) la cual su nombre nos indica que es una asidua consumidora de cangrejos cuando realmente ¡no come cangrejos! Ella se alimenta de otro tipo de crustáceos e invertebrados marinos. El krill es su comida favorita.
Durante la temporada de muda permanecen en tierra, nutriéndose solamente de las reservas de grasa que almacenaron en meses anteriores.
Los fócidos tienen varias maneras de cazar a sus presas; una de ellas es alborotando a los peces soplando burbujas hacia ellos para posteriormente capturarlos cuando emergen, pero no todo se realiza bajo el agua; algunas especies como la foca leopardo suben a tierra firme para perseguir pingüinos. Aunque no son muy hábiles arrastrándose por la nieve, alcanzan cierta velocidad que les permite atrapar a dichas aves marinas, quienes tampoco se mueven ágilmente en superficies fijas.