A pesar de ser animales carnívoros, no todas las especies de fócidos son depredadoras ni todas tienen la oportunidad de escapar de sus más temibles captores naturales.
Una cualidad de las focas para evitar a los enemigos es su rapidez para moverse. Su piel brillosa y tersa les permite un liviano y fácil deslizamiento que les brinda la ventaja de reaccionar con prontitud.
No es muy numerosa la cantidad de depredadores que tienen en su entorno natural; sin embargo, se trata de mamíferos muy poderosos con excelentes técnicas de captura de las que difícilmente pueden salvarse, aunque por supuesto, existen casos donde la habilidad de la foca puede más que la fuerza física del oponente.
Osos polares, tiburones y orcas son los principales depredadores de focas.
Osos polares
Estos hermosos mamíferos terrestres son muy buenos nadadores, pero tampoco cuentan con las características de los mamíferos marinos como son las focas; por lo tanto, dentro del agua tienen puntos en contra. Debido a sus experiencias fallidas en ambientes acuáticos, los osos polares han incluido otras técnicas para cazarlas, como por ejemplo, esperar a que asciendan a respirar a través de los orificios hechos en la nieve. Cuando el fócido se asoma, un par de zarpazos basta para aturdirlas lo suficiente como para elevarlas a la superficie y rematarlas con los colmillos. Esta forma de captura requiere mucha paciencia de parte del oso, pues pueden pasar varios minutos e incluso horas sin alguna foca presente.
El Ursus maritimus detecta a las focas incluso cuando se encuentran debajo de la nieve. Un solo movimiento del ejemplar escondido es suficiente para que el úrsido se abalance contra el suelo y extraiga a la víctima.
El acecho también es muy frecuente. El oso blanco vigila a la foca en descanso que se mantiene sobre un bloque de hielo. Sigilosamente se sumerge para ir midiendo la distancia e ir planeando su aparición sorpresiva. Ya sea por detrás, a un costado, o de frente, el mamífero terrestre actúa de manera abrupta y da muy poco tiempo a la foca para reaccionar.
Orcas (Orcinus orca)
Al igual que los osos polares en tierra, las orcas se posicionan en la cima de la cadena alimenticia pero dentro del entorno marino. Estos cetáceos son realmente sorprendentes al momento de salir de caza.
Las orcas trabajan en equipo; cuando observan a lo lejos a una foca en descanso sobre una plataforma de hielo suelta, se disponen a actuar en conjunto. Nadan coordinadamente de manera que levantan un fuerte oleaje con el que inclinan el bloque de hielo provocando que la foca se deslice y caiga al agua por uno de los lados donde las orcas esperan ansiosas. ¡Es realmente increíble!
También pueden realizar persecuciones o intentar capturar al fócido quien se mantiene bajo el agua junto al bloque de hielo, dificultando que la mandíbula del cetáceo depredador pueda acomodarse con facilidad.
Tiburones
Tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus)
No todos los tiburones son exclusivos de las aguas tropicales. Este ejemplar habita en las aguas gélidas del Atlántico Norte, abarcando Islandia, Noruega, Groenlandia y Canadá.
Son numerosas las focas que han sido encontradas muertas por mordeduras de este tipo de tiburón que a pesar de que se caracterizan por tener un nado muy lento, se aprovechan de las focas solitarias y alejadas del resto del grupo o de las que duermen en el agua.
El tiburón blanco (Carcharodon carcharias) también es consumidor de focas de ambientes más cálidos. Las focas comunes son unas de las más capturadas por ellos, pero increíblemente son capaces de matar a elefantes marinos por enormes mordidas que les generan hemorragias letales.
Focas leopardo (Hydrurga leptonyx)
Aunque no lo creas, también entre ellas existe depredación. Las focas leopardo consumen alrededor del 80 % de todas las crías de focas cangrejeras (Lobodon carcinophaga) que se distribuyen alrededor del continente antártico.