Mirounga angustirostris
Este gran fócido pariente del elefante marino del sur (Mirounga leonina), es una de las especies más grandes de la familia Phocidae (después del elefante marino del sur) caracterizada también por su muy evidente probóscide.
Anatomía
Los elefantes marinos tienen un dimorfismo sexual muy marcado y podríamos comenzar con el tamaño. Los machos llegan a medir un máximo de 4 m de longitud y pesar regularmente alrededor de 2,300 kg, mientras las hembras miden de 2.5 a 3.6 m de largo con un peso de 400 a 900 kg. ¡Realmente son animales muy grandes!
La segunda muestra de dimorfismo es la que mencionamos al inicio: la probóscide de los machos, es decir, ese apéndice alargado en forma de trompa que nos recuerda a un elefante de la sabana. Por su parte, las hembras tienen un aspecto en el rostro de foca regular.
Los machos llegan a medir ¡un máximo de 4 m de longitud y pesar alrededor de 2,300 kg!
Los individuos de sexo femenino pueden contener pequeñas marcas alrededor del cuello realizadas por los machos durante el apareamiento, pero ellos son los que llevan las marcas más prominentes en color blanco y rosado debido a las batallas agresivas con otros machos dominantes.
La piel de ambos sexos es de una tonalidad entre gris y marrón, siendo las hembras un poco más oscuras que ellos, pero las crías son las que muestran el tono más intenso entre los integrantes de la comunidad, pues lucen casi negras.
Sus aletas son largas, palmeadas y muestran delgadas garras en los pares frontales, tal como sus familiares del sur.
Distribución y hábitat
Los elefantes marinos del norte se localizan exclusivamente en el continente americano, siendo más específicos, en el extremo oeste de las costas de Canadá, Estados Unidos (incluida Alaska) y la península de Baja California en México. También abarcan algunas islas del sur de California, EUA.
Se han encontrado ejemplares en lugares tan lejanos como Japón y las islas Midway, en medio del Pacífico norte, muy cerca de Hawái. Realizan migraciones dos veces al año para fines reproductivos y de muda.
Su hábitat se conforma por playas pacíficas lejanas a la actividad humana con presencia de rocas, terrenos arenosos y áreas abiertas cubiertas de vegetación baja.
El 90% de su tiempo permanecen en el agua.
Comportamiento
Aproximadamente el 10 % de su tiempo lo pasan en tierra para la reproducción o muda, pero durante el 90 % permanecen en el agua. Pueden alejarse hasta 600 m del mar y realizar inmersiones de hasta 1,500 m por un tiempo de 20 a 70 min, aunque se han registrado casos donde fuertes y resistentes ejemplares permanecen bajo el agua hasta 120 minutos.
Son especies que tienen actividad tanto en el día como en la noche. Son territoriales y comúnmente solitarios, a excepción de las hembras con sus crías y en la temporada de apareamientos.
Alimentación
Su dieta es muy variada y se ha contabilizado hasta 53 tipos de presas diferentes, aunque la disponibilidad depende del lugar donde habiten. El calamar es su alimento predilecto, pero los peces, pequeños tiburones, rayas y cangrejos rojos pelágicos también son parte de su elección.
Su dieta incluye hasta 53 tipos de presas diferentes.
El 70 % de sus presas provienen de aguas medias y profundas del mar abierto. Durante la muda permanecen en tierra, por lo que tienen que tomar nutrientes de sus reservas de alimento en el cuerpo.
Reproducción
Los integrantes se reúnen en colonias de apareamiento de diciembre a marzo. Durante este tiempo es muy común observar batallas entre machos que desean dominar sobre un grupo de hembras que recibe el nombre de harén. Tales enfrentamientos pocas veces terminan en la muerte de alguno, pero sí se provocan heridas profundas que podrían infectarse gravemente.
Las hembras dan a luz a una sola cría a la que alimentarán con leche muy nutritiva y rica en grasa. Un solo recién nacido puede presentar un peso de hasta 35 kg y una longitud de 1.2 m. Poco tiempo antes de que las crías logren destetarse, las madres están disponibles nuevamente para aparearse. Una vez que los pequeños tienen un tamaño considerable, son abandonados y comienzan a valerse por sí mismos.
Los primeros días la madre protege celosamente a su cría y la defiende de elefantes marinos dominantes que se acercan peligrosamente.
Amenazas
30 % de las crías no logra llegar a la etapa adulta a consecuencia de la depredación o de aplastamientos accidentales de adultos que se colocan encima de ellos cuando se desplazan o cuando ocurren peleas entre machos.
30% de las crías no logra llegar a la etapa adulta.
Sus depredadores naturales son las orcas y los tiburones blancos, ambos capaces de devorar a miembros adultos.
Con relación al ser humano, actualmente no son una especie en amenaza gracias a su ubicación geográfica alejada del hombre, pero durante el año de 1800 no corrieron con la misma suerte. Fueron capturados hasta el punto de considerarse casi extintos, pero afortunadamente sobrevivieron gracias a la aprobación de leyes protectoras y a su capacidad para ocupar nuevas tierras más lejanas, logrando así multiplicarse y tener las poblaciones abundantes que vemos hoy en día.